Vic Falls, Victoria Falls, Cataratas Victoria… llámalas como quieras, el nombre es lo de menos.
Simplemente, admira y déjate sorprender por esta maravilla de la naturaleza. La fuerza de la Madre África en su todo su explendor. Las Cataratas Victoria rugen como un león, se ven desde la lejanía como a una girafa macho oteando el horizonte y huelen a África. Son África. Estás en el corazón del cono sur africano.
A dos horas y media de vuelo desde Johannesburgo, son visita obligada para cualquier aventurero o ecoturista de visita en el tercio sur africano. Dos jornadas con sus noches son más que suficiente para admirar las cataratas y su entorno, aunque sin duda, con más tiempo, hay decenas de actividades por hacer y lugares por conocer. Puedes elegir ir a a Livingston, en Zambia, o a Victoria Falls, en Zimbabew. Mi recomendación es ir a la parte de Zimbabwe, donde hay más resorts, hoteles y lodges, y además mucho más cercanos a las propias cataratas.
Si puedes, hospédate en el Hotel The Kingdom, el más cercano a esta maravilla natural, a tan sólo 10 minutos a pie. En el propio Parque Nacional Cataras Victoria. Muy recomendable.
Dos son las actividades primordiales a realizar en las cataratas para ayudarte a entender y a disfrutar de estas: un vuelo panorámico en helicóptero sobre las cataratas, y un paseo en las mismas cataratas, en el recinto cerrado más interno del Parque Nacional.
Para dos jornadas de estancia en las Cataratas, estas son las actividades imprescindibles:
- Vuelo panorámico en Cataratas Victoria
- Paseo / ruta en las cataratas
Por supuesto, el relax, las compras y el contacto con la gente es fundamental para conocer un lugar. En Cataratas Victoria, es muy recomendable un paseo por la calle principal del poblado de Victoria Falls y una visita obligada a los talleres de artesanos y pintores. Todos ellos abren sus puertas al visitante y están abiertos al regateo, pero ojo: son buenos comerciantes. Aun así, encontrarás aquí piezas de artesanía africana únicas, pinturas hechas a mano ante tus ojos, por precios muy inferiores a los que podrás obtener en Sudáfrica. Si este es tu final de trayecto, deja las compras para este momento; y si es el comienzo del viaje: hazlo cargado con todos esos regalos de compromiso, merece la pena.
Apartado de la calle principal, a mano izquierda tal como bajamos hacia las cataratas, y justo pasadas las vias del tren, hay un mercadillo de artesanía que por no estar precísamente en la calle principal, se puede obtener incluso mejores precios.
Allí, preguntar por Stephen, y decidle que vais de mi parte. Os tratará MUY bien, os lo aseguro. ¡¡Qué tío más majo, la leche!! Por cierto: gracias por todo Stephen, no te olvidaré nunca, te lo aseguro.
Algo irritante pero soportable, es la salida del hotel para el paseo, donde te suelen rodear 2 o 3 personas pidiendo. No les rechaces, ayúdales. No piden dinero generalmente, si no el champú del hotel, el jabón, una camiseta, unas zapatillas… y por supuesto, en muestra de su gratitud, te darán alguna pieza de artesanía a cambio.